—Zira, vamos a mudarnos a Alemania, el lugar de nacimiento de tu nueva madre. Hemos sido considerados contigo y creemos que no te sentirías agusto en un hogar donde tus padres estuvieran todo el tiempo acaramelados...
—Oh, querido...
—Así que voy a enviarte al hogar de un buen amigo mío, donde encontrarás compañeros de tu misma edad. Tendrás libertad y serás feliz. Podrás venir con nosotros durante los veranos, si lo deseas. Estoy seguro de que estarás feliz allí.
"Y con esas palabras, sonrisas de satisfacción e ignorando mi cara de sorpresa, decidieron mi trayecto a esta nueva ciudad y hogar, porsupuesto.
Aunque la verdad, no me importó demasiado. Siempre hemos sido mi padre y yo, desde que mi madre años atrás muriera en un accidente en su trabajo. Así que he sido más independiente que una hija mimada. Quizás por eso, mi carácter es como es. Y hace que me meta en más lios de los que espero. Al menos, no lo esperaba tan pronto".
" Con cara de sueño tras el largo viaje, finalmente llegué al hogar que se suponía iba a ser durante un largo tiempo mi nueva casa. Con la emoción de librarme de mis padres, deseando poder coger una cama y ponerme al día de todo lo necesario, olvidé que igual debía de cambiar un poco el chip y comportarme menos... salvaje".
"Pero nada más ver aquella hermosura... tan dispuesta para mí, se me fue el santo al cielo y terminé olvidandome de todo..."
"Solo quería saltar... así que sin pensarlo dos veces..."
"Ignorando que... alguien tan estúpido como él decidiera que dormir ahí era una buena idea..."
"¿En qué cabeza cabe hacer algo así?"
"Así pues, cuando me quise dar cuenta, era ya demasiado tarde para pensar en otra cosa. Con su cara de sorpresa y mi lanzamiento, era inevitable que terminara aplastándolo".
—¡Cuidado ahí abajo!- Exclamó Zira sin tiempo a reaccionar.
—¿Qué demonios...?
"Antes que ninguno de los dos tuvieramos tiempo de reaccionar, así que no es de extrañarse que terminaramos en una postura rara... Suerte de mi agilidad trepando árboles... o quizás no".
—Oye, ¿piensas quedarte mucho tiempo así?— Gruñó el muchacho—, empiezo a sospechar que tienes complejo de mono.
—¿¡Qué!?
"Vale, me habían llamado muchas cosas en el trascurso de mi vida, que si niña, que si renacuaja, que si... ¿Pero, mono? Ah, no, ni hablar. Y menos iba a consentir que un tipo con aspecto desaliñado de tres al cuarto, me insultara de ese modo..."
—¿A quién demonios estás llamando tú "mona", picha corta?
—¿Picha qué...?
—Chicos, que está pasando ahí.
"Genial. Un adulto interrumpiendo".
—Venid ahora mismo los dos aquí, por favor. No creo que estemos para mucho lio ahora mismo.
"Arrastrando mis pies detrás del "picha corta", caminé hasta la mujer. Pero nada más verme, su cara cambió de afable a..."
—Explícadme qué sucede. Y, ¿quién eres tú, jovencita? No has llegado en muy buen momento que digamos.
—Es un "mono" que ha saltado la vaya con intenciones de aplastarme y luego, de seducirme con su poca... "personalidad".
—Tú quieres morir, ¿verdad?
—Basta. Es suficiente, por dios. A ver, muchacha, explícate, por favor. Y karter, no la atosigues.
—Me llamo Zira Akai mi padre es Takeru Akai, es amigo del señor Albert Donovan. Hablaron por carta acerca de mi llegada hoy. Tengo los papeles necesarios y demás que lo confirman.
—.... Llegas tarde, monito— murmuró el joven llevándose una mano al pecho—, "Papá Escuela" ha fallecido.
—¿¡Qué!?
—Lamento confirmar que Karter está diciendo la verdad, Zira— la voz de la mujer sonó más amable que antes, con un deje de dolor—. Seguramente tenemos notificada tu llegada, pero en estos momentos, estamos de duelo. La nueva heredera de éste lugar será la que se encarge de todo, pero ahora mismo está reunida.
—¿Y qué haré mientras?
"La mujer miró divertida hacia el molesto chico a mi lado..."
—Karter, compórtate como un caballero y lleva a la nueva integrante a su dormitorio, por favor. Yo hablaré con Dianna acerca de su llegada. Sé amable.
—Genial.
"Genial"
—Anda, ven, monito, te diré donde está tu dormitorio.
"Me guió por las escaleras tras pasar el Hall y presentarme que, las dos puertas a cada lado, eran la cocina y el aula. Al subir, me guió hacia la primera puerta a la derecha, la que tenía el cuadro macabro al lado".
—Aquí es. Todos los cuartos son compartidos, aunque... ya no vale la pena que lo sean, no obstante, las reglas de "Papa escuela", son sus reglas. Así que... adelante.
—¿Quién es mi compañera?
—D. D— respondió impasible—, una chica tranquila.
—Vamos, que no sabes nada de ella.
—Ni necesito. Bueh, ahí te quedas, monito.
—Espera, ¿cuándo vendrán a por mí?
—Cuando sea, monito— indicó. Karter salió y cerró la puerta tras de sí.
"Y me dejan en este sitio... Todo es tan... primaveral, demonios.... Si realmente me quedo, tendré que hacer una buena remodelación..."
"Como tenía tiempo de sobras, decidí guardar mis cosas en el armario y me giré derechita con la idea de relajarme en la cama, o mejor dicho, de saludar a morfeo por un gran y largo rato, sin embargo, la llegada de alguien interrumpió mi camino".
"Por su aspecto, se podría decir que era la primera chica gitana pelirroja que veía. Aunque claro, yo misma era un espécimen raro de Japonés-Aleman".
—¡Hola! Tienes que ser mi nueva compañera.
—Ahm, sí. Zira. ¿Quién eres?— Cuestionó esta.
—Soy D. D, encantada. Tenía muchas ganas de volver a tener una compañera. Desde que Laudine se fue, no había vuelto a venir nadie más.
—¿Laudine?
—Sí, así se llamaba la anterior chica que vivía con nosotros. Pero, poco antes de que pasara todo esto, se fue. Nadie sabe nada de ella.
—¿Qué pasará qué?
—La muerte de "Papá escuela". Ayer por la noche fue su funeral, así que las cosas están bastante liadas aquí. Especialmente, porque parece que ha llegado un hombre extraño y la nueva directora es bastante extraña....
"Esto cada vez apuntaba a que no podría quedarme en este lugar. Ahora que me había hecho a la idea de independizarme de mis padres y poder vivir con algo más de libertad, tenía que llegar cuando ese misterioso señor la palmaba. Era un genio en meterme en lios y cada vez, chocaba con más piedras".
—Oye, gitanita, ¿por qué te has ido? Estábamos hablando tan tranquilos y te has marchado corriendo. No me digas que has venido a llorar un rato por aquí las penas... Ah, vaya... ¿Chica nueva?
—Hola, soy Taison Denison— se presentó orgulloso. D. D sonrió divertida.
—Mejor no le hagas caso, Zira. Ya comprenderás que es del tipo que es mejor ignorar.
—Oye, gitanita— protestó éste frunciendo el ceño.
—Sí, bueno...— murmuró Zira nada interesada—. D. D, ¿el baño?
—Oh, tienes que bajar la escalera que quedará a tu izquierda, luego giras a la derecha y la primera puerta que veas. No tiene pérdida. Además, la puerta del baño de las chicas es roja para diferenciarla de los chicos.
—Aunque de mucho no sirve— rió Taisón orgulloso.
"Y mientras que Taison recibía un amable coscorrón por parte de D.D, decidí bajar en buscar del cuarto de baño, siguiendo las indicaciones de la simpática gitanita".
"Al salir, me encontré con tres guaperas bastante preocupados. Al parecer su mayor preocupación era que el chico del cabello lila-rosa, no pasara más tiempo a solas y se preocupara. Imagino que sería por el fallecimiento de "Papá escuela".
—Os lo digo en serio. Estaré bien.
—Eso es lo que siempre dices— comentó el chico rubio, quien parecía ser el más firme de los tres—, y luego te pasas la noche llorando. Mira, me parece bien que quieras estar solo, Neil, pero somos tus amigos.
—Lo sé, Ritto, pero simplemente iré a dormir— aseguró el chico de cabello lila.
—Confiemos en él, Ritto— comentó el chico de cabellos rosa suave.
—Como quieras, Circ, pero luego no digais que no os lo he advertido.
"Antes de que se percataran de mi presencia, decidí marcharme. La unión entre aquellos tres parecía demasiado fuerte y empecé a sentirme un poco... cotilla".
"Cuando llegué al baño me encontré con éste panorama. Tres chicas sentadas en los bancos. Dos con el alma en pena y la tercera observándolas como si quiera abrazarlas y atesorarlas".
—Chicas, deberíais de animaros. Vuestras lágrimas no van a traer de regreso a "Papá"— animó la chica del sombrero. La rubia emitió un suspiro.
—No, pero Katie, piensa por un momento qué pasará con nosotras. Tú tienes talento para la música y tu madre te espera cuando quieras irte con ella. Pero Dallas y yo no.
Dallas hipó un sollozo.
—Minerva, eres muy guapa. Encontrarías trabajo de modelo en seguida, pero yo...
La chica del sombrero, Katie, estaba a punto de responder, cuando sus ojos se fueron a la entrada y vieron a Zira.
—Tenemos visita, chicas — advirtió.
La rubia, Minerva, levantó la vista hasta ella y arrugó el ceño.
—¿Quién es?
"Oh, genial, un trio de pijas. En menudo lio me he metido".
—Soy Zira— respondió rascándose el vientre disimuladamente— Soy nueva. O eso espero.
Katie arqueó las cejas y miró hacia sus dos compañeras.
—¿Una nueva a estas alturas? ¿Cuánto hace que entró una última chica?
—Cuatro años— contestó Dallas con desgana— y se marchó hace dos meses. Creo que era la compañera de la Gitana.
Las otras dos formaron un "o" perfecto con su boca, silencioso. Miraron hacia Zira sin mucha atención.
—Bueno, pues que no se encariñe mucho con este lugar— habló Minerva— Total, no creo que tarden en cerrarlo.
Zira frunció el ceño.
—Espero que no...
Y sin más, salió del lugar.
"Me encontré la mujer de antes nada más salir del baño. Parecía molesta e imaginé que había estado buscándome desde hacia rato. Probablemente, hasta que no le preguntara a D.D sobre mí, no habría dado con mi localización.
La verdad, esperaba que sus palabras fueran algo como << Lamentándolo mucho, y aunque fuera esté lloviendo, tienes que abandonar la casa>>. Sin embargo, sus palabras fueron...:"
—La nueva directora te espera en su despacho. Ves ahora mismo— sonrió muy levemente— y suerte.
—¿Dónde lo encontraré?
—Arriba. Subes las escaleras y giras a la izquierda. La segunda puerta, la que está al final del pasillo. No es dificil de reconocer, pues está custodiada por dos cabezas de caza.
"Asentí y con el cuerpo pesado y cansado, me dirigí hasta el lugar. ¿Qué habían decidido para mí?"